Una de las tareas más importantes dentro de una oficina es la limpieza. Aunque no lo parezca, el estado de higiene del entorno de trabajo es uno de los factores que más puede llegar a influir en la productividad de los trabajadores. Son espacios en los que se pasan muchas horas al día, y donde habitualmente se concentra un gran número de trabajadores.
Todos estos factores hacen que sea fácil que se ensucien con facilidad. Una de las principales peculiaridades que tienen las oficinas es que combinan superficies muy diferentes en un mismo espacio. Así, desde mobiliario de madera, cristales, equipos informáticos, elementos metálicos, plásticos, etc. Es necesario prestar atención a la limpieza de una gran variedad de superficies.
Para cualquier experto en limpieza de oficinas en Madrid, abordar la limpieza de un espacio de trabajo requiere de mucha profesionalidad y de gran concentración. Es necesario prestar atención a cada zona para ofrecerle el tratamiento adecuado que logre una limpieza correcta sin dañar ni perjudicar los elementos.
Tan importante como saber limpiar cada tipo de superficie y materiales lo es saber qué productos son idóneos en cada caso para obtener los mejores resultados. Esto es más importante en las oficinas donde un error puede provocar problemas importantes con la empresa que la ocupa.
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Para cualquier empresa tener unas oficinas limpias supone importantes ventajas que van más allá del simple hecho de no tener suciedad. Algunas de las principales ventajas que puede suponer mantener una oficina en perfecto estado de limpieza son:
Estas son algunas de las ventajas de mantener una oficina limpia y contar con empresas de limpieza de oficinas que puedan hacer ese mantenimiento necesario en estos entornos es una gran inversión para cualquier empresa.
Una empresa de limpieza está especializada en realizar la limpieza en cualquier tipo de entorno aplicando las técnicas, métodos y productos necesarios para que los resultados sean óptimos y no se perjudique el mobiliario ni las superficies tratadas.
Sin embargo, ello es el resultado de muchos años de formación, experiencia y trabajo para dar con los mejores métodos que ofrezcan los mejores resultados.
Vamos a analizar, a continuación, los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta cuando se limpia una oficina.
Uno de los elementos más habituales en las oficinas son las mesas de trabajo en las que habitualmente se pueden encontrar un gran número de elementos diferentes. El primer paso al abordar la limpieza de la mesa es limpiar el polvo.
El polvo se acumula fácilmente y en poco tiempo sobre las mesas de trabajo en las que, además, hay elementos electrostáticos como cables y ordenadores que atraen y retienen el polvo más fácilmente.
Para realizar la limpieza del polvo en estas áreas se debe usar una bayeta de microfibra un poco humedecida con los productos más indicados para la superficie de la que está elaborada la mesa y demás objetos. En estos casos se puede combinar cristal con madera o plástico.
Otros elementos que es fácil encontrar entre el mobiliario son sillas, estanterías y armarios. Las sillas suelen llevar superficies elaboradas con elementos textiles que pueden ser limpiados diariamente con un aspirador para absorber el polvo. Sólo en caso de detectar alguna mancha específica habrá que tratarla con un producto concreto.
En el caso de que una silla tuviese un recubrimiento de cuero o piel habría que tratarla con un producto específico dirigido a hidratar el material y alargar su vida útil.
En el caso del mobiliario formado por estanterías o armarios en melanina lo más frecuente es emplear una bayeta de microfibra impregnada en una solución compuesta por agua y jabón con pH neutro. Son superficies resistentes y duras en las que se obtiene un buen resultado con este tratamiento.
En el caso de la limpieza de objetos decorativos es importante seguir las instrucciones que pueda aportar el cliente en función del tipo de elementos.
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Se trata de uno de los elementos más comunes en las oficinas y también uno de los elementos que más controversia generan.
Limpiar estos elementos requiere de cierta destreza y cuidado. Lo primero que hay que observar a la hora de limpiar un ordenador de sobremesa o portátil es si está o no encendido.
La limpieza de la superficie se puede hacer con una bayeta de microfibra impregnada en agua con jabón con pH neutro. En el caso de elementos más delicados como el teclado o ratón, es necesario comprobar que no está encendido y, en cualquier caso, evitar presionar las teclas del teclado para no borrar ninguna información o modificar algo.
Para limpiar el teclado lo primero que debemos hacer es desconectarlo del ordenador para evitar riesgos. Una vez desconectado lo giramos y lo sacudimos con suavidad para que caigan los restos de polvo que pueda haber dentro. A continuación, podemos aspirar el teclado para extraer el polvo o restos que no hayan salido al volcarlo.
Finalmente, acabaremos con un paño humedecido para limpiar las teclas y el contorno y obtener un brillo adecuado para el teclado.
Las pantallas del ordenador suelen estar elaboradas con LCD o LED y deben ser limpiadas con productos específicos para este tipo de pantallas, evitando que sean abrasivos y nunca se debe pulverizar el producto directamente sobre la pantalla.
Algunos aspectos a evitar cuando se limpian equipos informáticos son:
– No usar ningún limpiador que pueda ser abrasivo.
– Evitar usar amoniaco, acetona o alcohol
– Nunca rociar a la pantalla directamente.
– No usar papel tisú, ni de periódicos o toallas que pueden arañar la superficie de la pantalla.
– Nunca limpiar estos elementos mientras estén encendidos.
Otro elemento habitual en las mesas son los teléfonos. Es uno de los elementos que pueden tener más probabilidades de retener bacterias y trasmitir enfermedades. Por ello, se debe prestar atención a su limpieza.
Para limpiar los auriculares es necesario desinfectarlos con una bayeta impregnada en un líquido específico para esta función.
Los suelos de las oficinas deben ser tratados con los productos específicos en función del tipo de suelo. Habrá que diferenciar el tratamiento si es un suelo de parqué, de madera o de mármol.
En este tipo de suelos de mármol lo habitual es pasar diariamente una mopa impregnada en algún producto captapolvo que ayude a retirar los restos de polvo y suciedad.
En muchas oficinas hay moquetas o alfombras que deben ser limpiadas y aspiradas a diario, especialmente en las zonas de paso más frecuente.
No es tan habitual el uso de moquetas por las dificultades en su limpieza, pero en caso de que haya deben tratarse periódicamente con una máquina específica de inyección – extracción.
Se trata de otra zona de gran tránsito en las oficinas y para su adecuado mantenimiento es precisa una limpieza diaria.
Se debe realizar el adecuado tratamiento de los elementos de los baños, con productos desinfectantes como lejías o amoniaco. En el caso de los suelos limpiarlos a fondo de igual forma y realizar diariamente el vaciado de papeleras y contenedores de productos sanitarios.
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El proceso de limpieza de una oficina requiere de la secuencia de una serie de pasos que ayude a realizar el adecuado tratamiento de todos sus elementos. Los pasos a seguir son:
Siguiendo esta secuencia de pasos se puede tener una oficina limpia y cuidada diariamente.
Una de las preguntas que se hacen habitualmente en las oficinas es la frecuencia más indicada para desarrollar este tipo de tareas. Para cualquier empresa de limpieza se trata de tareas que hay que desarrollar diariamente, estableciendo un plan de revisión semanal más intenso y otro mensual. Semanalmente y mensualmente se deben limpiar elementos del entorno como puertas, ventanas, cortinas, lámparas o conductos de aire.
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Después de usarlo cuanto tiempo hay que esperar para utilizar la oficina?